Abochornado y desbordado por la situación, el suspendido diputado salteño Juan Emilio Ameri habló con la prensa que buscaba alguna explicación a su comportamiento. El ávido legislador de 47 años irrumpió en la cámara en diciembre de 2019, reemplazando a Sergio Leavy, electo senador. Ameri no cayó esta vez por su fama de violento o por las múltiples denuncias que pesan sobre él por acoso sexual a militantes de su agrupación política, sino por expresar afecto a su novia. "Se había caído Internet. Mientras trataba de repararla, mi actual pareja salió de la ducha. Le pregunté cómo estaban sus pechos, porque hace unos diez días se los operó. Me mostró las cicatrices y le dí un beso en las tetas. Sabemos del poder cicatrizante de la saliva ¿está muy mal?", explicó a los periodistas. Más tarde, Ameri intentó explicar su situación desde el punto de vista político: "en nuestra posición, muchas veces hay que enfrentarse cara a cara con la derecha y con la izquierda, que buscan tentarnos, que buscan perturbar nuestra visión de la realidad. Prefiero que se me recuerde como un diputado que puso la cara y que a diferencia de muchos políticos que besan niños hipócritamente, yo le metí un lengüetazo en las tetas a mi novia. Para un pezonista no hay nada mejor que otro pezonista.". Ameri no dudó en atacar a sus colegas que ahora hacen leña de su chota: "Si yo le estaba besando las tetas a mi novia, ¿qué le estaba haciendo la gigantografía al diputado Bullrich?"
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