Los comercios del Viejo Continente se esfuerzan por ser cada vez más creativos ante las restricciones impuestas por la pandemia y a la vez, menos irritantes por sus consecuencias. Es por eso que en las últimas semanas pudimos ver cómo, en bares de Alemania, los clientes lucían unos flota-flota cruzados sobre sus cabezas para delimitar el espacio interpersonal. El ejemplo cundió y comenzaron a aparecer distintos métodos: sombreros mexicanos, aros de hula-hula, bastones blancos de ciegos, etc.
Pero en las últimas horas, los comercios de distintas ciudades europeas han amanecido con el famoso Afroafricano de Whatsapp a sus puertas, que con su simpática chota, marcará la conveniente distancia interpersonal. El tema es sencillo: para aquellos díscolos que no conservan el espacio entre personas, el afroafricano les hará una apoyadita sutil para señalar que la distancia no es suficiente. El cliente deberá alejarse tanto como sea necesario, y no sentir el firme glande del morocho. El afroafricano verá así incrementadas sus ganancias exponencialmente, y ya planea la venta de muñecos con sus exactas medidas anatómicas, para que todos los comercios puedan tenerlo en sus colas.
Las apoyaditas del afroafricano estarán contempladas tanto para clientes distraídos, como para anticuarentenas. Tendrán una modalidad "suave", que será sólo una advertencia, como otras más rudas hasta llegar al liso y llano "desahogo sexual".
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