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| El delegado comunal de San Isidro ayer, interesándose por la marcha del programa piloto |
Tras la ansiedad por casi dos meses sin poder abrir y esa sensación de que ser ayudados por el
Estado puede ponerlos a la misma altura de los que son ayudados por el
Estado, los comerciantes volvieron a sonreír. Sus comercios permanecieron abiertos, tanto el sábado como el domingo, de
9 a 17, en el marco de los minuciosos requerimientos de la
Prueba Piloto y probando así que no hace falta ser un infectólogo, ni mucho menos haber estudiado, para saber que el virus no anda circulando por ahí. En definitiva ¿alguien vio algún virus caminando por nuestras calles? Todos los testeos han dado negativos, o fueron dando negativos a medida que se fueron repitiendo, y así podemos disfrutar de esta tranquilidad. Poco a poco, se ve que el público ha aceptado relajar las medidas de higiene y seguridad, y comprender que siempre se precisan algunos mártires para que el resto de la sociedad pueda ejercer sus libertades.
"Hay que tomarlo así", dice
Marcos, un comerciante de la calle
San Juan,
"yo tenía a mi cuñado, 22 años, un pibe. Un día, de la noche a la mañana le vino un paro cardíaco. Muerte súbita. Ahí quedó. De un día para el otro. Imaginate la familia, ¡la madre! un pibe joven, con todo el futuro...Bueno, lo enterramos y seguimos. No por eso voy a cerrar el negocio...y esto es igual".
"32 mil personas mueren por año de neumonía en la Argentina", nos informa
Adela, que tiene un comercio en la calle
Güemes "Bueno, ahora serán 33 mil, 34 mil, 35 mil, nos tocó ¿qué le va a hacer?, pero no por eso vamos a parar todo...hay que seguir con optimismo". Los referentes de los comerciantes de las distintas zonas se mostraron satisfechos por la cantidad de gente que recorrió sus locales:
"Fue un fin de semana de contagios normales en los que hicimos las ventas habituales para esta época.", y aseguró:
"Queremos agradecer a todos los contagiados y que sepan, cuando se estén debatiendo entre la vida y la muerte con el respirador puesto, que muchas familias marplatenses les agradecen su gentileza y que su debilidad biológica para contraer una enfermedad tan nociva sirvió para que una familia tenga algo para llevar a su plato. No olviden nunca que sus muertes no serán en vano."
