
Y es que los referentes de la hinchada convocaron a los simpatizantes del club xeneize a esperar a que el plantel salga del aeropuerto en el micro para poder apedrearlo como hiciera la hinchada riverplatense antes de la frustrada final en el Monumental, pero con la tradicional garra de la hinchada boquense que el equipo no supo sostener en el Bernabéu. "A Pablo Pérez le voy a poner un tercer ojo, y luego, le voy a romper los tres", bramaba un furioso hincha. "Somos los legítimos hinchas de este club, y por lo tanto, somos los más autorizados para gritarles a estos jugadores 'fracasados' y que se vayan de una buena vez. Tévez no está ni para jugar con los chinos, pero ni en un supermercado chino", gritaba otro. Al cierre de esta edición, cada vez más hinchas llegaban a Ezeiza al grito de "Vamo, vamo, vamo, que no quede un vidrio sano". Mientras que otro sector de la hinchada se arrepentía: "Tendríamos que haberlos cagado a piedrazos cuando se fueron"