Organizaciones ambientales entre las que se cuenta Greenpeace rechazaron todo intento de exequias de la propietaria del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble. Los fundamentos esgrimidos por los defensores del medio ambiente hablan del daño que tal práctica produciría al planeta. "Los plásticos de sus implantes tardarían unos 500 años en degradarse", dijeron, mientras que para los gusanos, "comerse el resto les provocaría una mortalidad que pondría en riesgo su continuidad como especie". Si bien desde el grupo empresario de medios aún no trascendió la forma en que se realizarán los ritos funerarios, las asociaciones naturalistas ya hablan de que "una cremación provocaría el impacto de la bomba de Hiroshima, y un 'amarizaje' al estilo Scilingo, una inédita mortandad de peces y tsunamis en costas alejadas". Directivos del Grupo Clarín no ocultaron su dolor y expresaron su deseo de que "La señora de Noble ya esté en el más allá, junto a Camilión", al tiempo que recordaron la voluntad de la dueña del multimedios de "permanecer junto a sus amigos", por lo que no descartan emplazar el ataúd, convenientemente sellado, en el medio del nuevo Centro de Producción de Contenidos de Artear, y usarlo como el escritorio de Telenoche: "Sería como una permanente jura por la verdad, un mausoleo a la libertad de expresión y una mesa de tortura desde la cual se pueda obtener cualquier empresa", aseguraron . Si bien no se descarta que la amplia mayoría del expectro político haga, literalmente, cola para despedir a Herrera de Noble, trascendió la versión de que hasta la propia expresidenta Cristina Fernández de Kirchner asistiría, y hasta daría un discurso en el que expresaría: "Esta vieja adversaria, despide a una amiga".
