La prensa española esperaba ansiosa poder presenciar los atuendos de la reina Letizia y de Juliana Awada. Las dos saben de glamour y finalmente, el encuentro se dio, para el deleite del mundo de la moda. Sorprendió a todos que las dos primeras damas coincidieron en los colores que eligieron, en el tipo de prenda y hasta en los peinados. Si bien los medios coincidieron en afirmar que la reina Letizia se impuso claramente sobre su par sudaca en el rubro anorexia, ambas lucían espléndidas en su paseo por el Patio de Armas del Palacio Real. Awada lucía una estola de piel sobre su abrigo, y no llevaba accesorios, mientras que Letizia llamó la atención por sus aros.
La comitiva argentina no informó a qué animal mataron para confeccionar la estola de la primera dama.
Según el portal de la revista Vanity Fair, el corte de ambos atuendos y los colores eran tan similares que "costaba reconocerlas durante la caminata". De acuerdo a los expertos en moda sólo se diferenciaban porque, mientras el atuendo de Letizia tenía sutiles manchas de sangre de esclavos chinos sin tacc aprobadas por la Comunidad Europea, las del tapado de Awada eran marcadas gotas de sangre boliviana de sus talleres clandestinos, que representaban el esfuerzo de los ciudadanos que llegan a nuestro país y serán deportados en breve.
Ambas primeras damas han sido el centro de todos los comentarios en esta visita del presidente Macri a España. Por primera vez en muchos años, la Argentina vuelve a ocupar un rol predominante en el concierto de las naciones en cuanto a la preparación y construcción de una mujer objeto del siglo XXI, que además de boba, es ambiciosa y no se deja doblegar por migajas, sino por millones, dejando en claro que la sumisión femenina, cuando hay dinero, es apta para lograr tender los lazos que pueden unirnos en la sodomización con los países más avanzados del mundo.