Nicolás Wiñazki |
Ella ya había ganado las elecciones, lo digo para que no pregunten cómo cuernos el canillita se lo fue a contar ahora, que vive en una base militar a la que accede en helicóptero, en una casa por la que gastó 600 mil pesos en refacciones: "Tenés que saberlo, durante meses hubo gente que iba al quiosco bien temprano. Tenían camisetas con unas letras K en la espalda o pecheras de La Cámpora. Me obligaban a entregarles la Revista Genios que le llevaba a tus hijos, y le pegaban fotos de Zamba, de Juana Azurduy, del General Realista que era malo, y comentarios sobre lo bueno que estaba Tecnópolis. A tus hijos le inocularon el virus K, y no pude hacer nada", aseguró el trabajador.
Tampoco incluyo en el relato al exmarido de Vidal y hoy intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, que entonces vivía en la misma casa y aún no se había separado de la gobernadora, porque queremos que la historia quede como una intimidación a una mujer sola, madre y frágil.
Vidal y muchos funcionarios del actual gobierno creen estar acechados por oscuros poderes K que quieren frustrar los planes del gobierno que de otro modo, serían exitosos: "El segundo semestre ya sería una realidad si no fuera por el sabotaje kirchnerista", afirmó un funcionario del Ministerio del Interior.
"Incluso me robaron tus revistas Esquiú y Cabildo, y le pegaron fotos de minas en bolas, artículos a favor del aborto, la droga y en contra de los militares que nos libraron de la subversión", confesó el canillita de la gobernadora.
Por supuesto, esto no haría más que probar que a Nisman lo mataron, más allá de lo que digan las pericias.
Porque es evidente que hay una mafia que maneja al poder y es capaz de comprar voluntades y cualquier cosa. No me refiero a ud., señor jefe Magnetto, sino a la subversión montonera que parece volver.
Ya no es "la herencia recibida", sino el constante saboteo K de los planes que representarían un éxito para el gobierno.
Se hace imprescindible, entonces y de una buena vez, una ofensiva judicial o algo así, para parar a quienes creen que pueden hacer con la ley lo que quieren, aunque tengan 87 años, sean viejas y zurdas, y no sean militares ni empresarios exitosos. Ir hasta el hueso con eso.
¿No le parece?