Casi al mismo tiempo en que todo el arco político de la ciudad expresaba su repudio a la pintada en el paredón de la vivienda de Carlos Fernando Arroyo, personal de la Policía Grafológica que actúa en el lugar, descubrió tres nuevas pintadas en los muros aledaños, con amenazas visibles a su integridad.
Los graffittis, claramente intimidatorios, hablan de la buena relación que Arroyo tendría con el coordinador Agustín Cinto, o le avisan a Arroyo, acerca de circunstancias que no estaría advirtiendo, o en su gestión o en su indumentaria, como la que expresa "Tenés la bragueta abierta", mientras que la otra le recuerda que presente la declaración jurada de bienes que no ha revelado desde que fue elegido concejal y hasta el momento, pese a que la ordenanza 13914 lo obliga a ello, y es el único funcionario que aún no ha cumplido su parte. El Secretario de Gobierno, Alejandro Vicente afirmó que
Al mismo tiempo se desmintió que la casa que sufriera las pintadas sea la del intendente, ya que Agustín Cinto confirmó que en el frente de su casa "no había pintada alguna".