Para siempre. La gente lo amará para siempre. Así es este
Paul McCartney que tocó esta noche en el
Estadio Único de
La Plata. A sus
73 años conserva la magia de aquel jovencito que hacía un éxito tras otro de la mano del inolvidable
John Lennon. Sir Paul hilvanó emociones desde sus temas de
Los Beatles, para intercalar los de
Wings y de su etapa solista. Fueron dos horas y media de magia que comenzó con una humorada que hizo reír y reflexionar a la vez a las 50 mil almas que presenciaban el show. Tras su aparición en
Córdoba con el saludo
"Hola, Culiados",
McCartney saludó a sus fans platenses con un
"¡Hola, inundadous!", para arremeter luego con
"Can't buy me love", con el que hizo estallar el estadio. Siguió luego con
"Dirty and untidy", "
A hard day's night" y
"Live and let die".
Paul se mostró alegre y vital, como si los años no le hubieran hecho mella. Hubo tiempo para las baladas, como
"My Valentine" y
"Scratching the stones" o
"I come to offer mi heart", y sobre el final,
"A new cold night" "Rock'n Roll and fever" y
"The priest, the military and the owner of the cows" no dejaron a nadie sin saltar. El final fue con un clásico:
"Ji, Ji, Ji", y el pogo duró toda la madrugada.
Paul McCartney, señores, desde el planeta de la música que nos hace agradecer por este mundo.
