Si bien aún resta confirmarlo, distintas versiones indican la vuelta de las inversiones a la ciudad de
Mar del Plata. En efecto, la llegada del nuevo
Secretario de Desarrollo de Gestión y Tecnologías, Agustín Cinto, habría cambiado los vientos y se dice que, con la venta de su reloj, podría resolverse la crisis del
Puerto, entre otras. El juvenil funcionario
PRO luce un costosísimo adminículo en su mano izquierda que sería la clave del desarrollo en la región a partir del soñado segundo semestre. Arrebatadores, revendedores de lo ajeno, locales cercanos al
Casino, abstenerse por el bien de todos los marplatenses. No hace falta excavar costosas bóvedas: allí está, en su muñeca, el capital necesario para abastecer a las escuelas de techos y calefacción, el que hará que haya menos gente en situación de calle, el que reactivará las pymes de la ciudad. Por lo visto, el flamante intendente no luce un desgarbado impermeable ni una obscena panza imposible de recorrer totalmente con corbata alguna, pero tiene en sus manos la solución para las complicadas cuentas municipales.
