El nuevo Presidente del Concejo Deliberante sorprendió a todos con su look |
Entre las figuras que hoy desfilaron por el recinto del Honorable Concejo Deliberante durante la jura del nuevo intendente, Carlos Arroyo, hubo una que deslumbró por su look y su audacia para lucir los básicos. Se trata, ni más ni menos, que del nuevo presidente del cuerpo, el Sr. Guillermo Sáenz Saralegui. Guille, como le dicen sus amigos, sorprendió con su moda urbana y a la vez austera, que se pone a tono con la nueva etapa que se inicia, aunque no por eso deja de seguir los últimos cánones de la moda parisina y de los grandes diseñadores. El flamante presidente del concejo deliberante lució una camisa de corte classic de tela con proceso de gastado selectée, cancheramente arremangada al estilo de los british workaholics. El cuello presentaba una innovación, ya que aparentaba descuido al estar desprendido, accionado por unos botones outset de sencillo corte circular, también presentes en el resto de la prenda. La panza de Sáenz Saralegui caía delicadamente sobre el borde superior de unos pants clásicos de color gris college pinzados sobre la cintura, que le daba un estilo masculino y a la vez, juvenil o acaso, universitario. Los anteojos de lectura del edil, en armazón de acero quirúrgico con aplicaciones doradas y de formas racionalistas, reposaban con firme suavidad sobre su nariz, oscilando entre la mitad y las tres cuartas partes de su recorrido. No hay que olvidar los exquisitos accesorios del concejal, verdaderos must que refuerzan la idea de este look con reminiscencias hipsters: cinturón de cuero negro con hebilla al tono monogramada. La banda subgástrica sirve que a su vez como sostén de un llavero tal vez country vintage que se oculta en forma negligée dentro de uno de los bolsillos sutilmente disimulado entre el pincéaux del pantalón, y todo rematado por el estuche de los anteojos, que integra el cinturón como una pieza más y define un área marcadamente utilitaria alrededor de la cintura, logrando que estos adminículos queden siempre a mano. Los brazos de Sáenz Saralegui lucían finamente depilados, como suponemos que el resto de su humanidad. Las canas del concejal mostraban un batido que no resultaba muy adecuado para el mediodía, pero que se puede aceptar como una leve rebeldía a un look ya canchero y transgresor. Un tatuaje en toda la banda de un brazo tal vez remarcaría su aspecto varonil. ¿Con qué se puede complementar este look viril y despojado? Con un pulóver a rombos en tonos entre grises y azulados, colocado sobre la espalda y con las mangas anudadas sobre el propio cuello. O con una campera de polipropileno en tonos marcados, como amarillo o verde agua. Porque los concejales también son coquetos y tienen un adorée por el Pret-à-Porter.