En cada vez más países del planeta ya son las
ocho de la mañana y en las embajadas, consulados y asociaciones de fomento argentinas ya se puede votar en el balotaje. Miles de ciudadanos argentinos y de países limítrofes con documento argentino hacían cola para votar en distintas instituciones del país en el exterior. Descontado el triunfo de
Macri, la gente ya vive el cambio en todos esos lugares. Es así como en algunos países, según el huso horario, una sinfonía de colores y globos se adueñó de los festejos. En otros,
Macri ya asumió, en otros,
Prat Gay ya devaluó y en otros,
Melconian ya ajustó la economía, mientras que en otros ya debemos un montón de dinero y los argentinos que allí viven, sufren de pobreza y desempleo, y permanecen allí porque en nuestro país no hay trabajo, y en otros,
Antonia se hizo su primer tatuaje. Todo en el marco de la sana alegría, los bailes y la euforia porque ya se vive el cambio. Ciudadanos de todos los países expresan su alegría por habernos librado del totalitarismo, el populismo, la diktadura y un montón de cosas feas más, para encarar la etapa en la que, como pueblo adulto y maduro, encaremos la rotura de orto que se nos viene en un clima de seriedad, paz y unión para todos los argentinos.
