Celebremos. El Servicio Meteorológico anuncia para el domingo 25 de octubre, día de elecciones, condiciones climáticas altamente desfavorables. Al pronóstico de lluvia que ya se preveía desde hace días se le agregarían tormentas eléctricas, inundaciones, nieve, electrocuciones callejeras y probables terremotos. Esto significaría que la gente que vive en los barrios más pobres, con condiciones desfavorables, sin pavimento ni servicios, nos haría el favor a los burgueses que comemos todos los días de no concurrir a los lugares de votación a imponer su voluntad siempre contraria a los intereses de los ciudadanos de bien, y amañada por dirigentes populistas, reclamando una sobrevalorada atención que no terminan pagando, porque aducen no tener dinero y cuyo costo termina recayendo sobre las espaldas de quienes debemos a veces privarnos de ir a comer afuera o hasta de un viaje, para satisfacer esos caprichos. La no concurrencia a los lugares de votación -siempre que por una decisión política y demagógica no se nos termine cobrando a la población blanca las multas por no hacerlo- terminaría por representar mucho mejor al electorado que de una vez por todas dirá "basta". Cuando los políticos incluyen en sus plataformas promesas de atención a esta gente de condiciones culturales y morales diferentes, si luego también se les permite votar, al estar incluídos en la decisión política de los candidatos, es como si lo hicieran dos veces, por lo que generan un desequilibrio que altera la normal representatividad popular. De modo que si el domingo próximo no votaran, la población toda estaría mejor expresada electoralmente, lo cual es el fin último de la democracia verdadera. La República agradecerá esta inédita condición climática que acaso la consolide y represente el punto de partida hacia una democracia más sana. Es de esperar que nuestros próximos dirigentes, evalúen las mejores fechas para llevar a cabo las elecciones que vendrán, a fin de que sólo los ciudadanos no influenciados por factores extremos como la pobreza, puedan expresar la verdadera voluntad que la sociedad requiere.
