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¿Se verá el Obelisco? Dicen que en noches claras, se podrá. |
Es un hecho: esta primavera es una garcha. El cambio climático ha logrado que haya dejado de ser la prolongación del invierno que ha sido siempre, para transformarse en la estación más fría del año. Los pronosticadores municipales miran para otro lado y no explican qué diablos sucede, también en este caso. Pero en esta ocasión, la primavera ha venido con una inusitada intensidad de vientos, que desde el Sur han soplado desde el inicio mismo de esta estación. Informes reservados sostienen que tras tantos días de soplar sobre nuestra ciudad,
las placas tectónicas se han ido corriendo y, en forma casi imperceptible, se han ido desplazando hacia el Norte, de modo que la distancia entre
Mar del Plata y la Ciudad de
Buenos Aires sería hoy de unos
396 kilómetros en lugar de los tradicionales
404, y se espera que siga disminuyendo. Si bien los expertos aseguran que transformarnos en un suburbio, pero de
Buenos Aires, nos acercaría a la esperada reactivación de la ciudad y que muchos marplatenses podrían ver cumplido su sueño de pertenecer a ese primer mundo que por distante, les parece
Buenos Aires, hay preocupación, ya que la gente preferiría
Altos Palermos, Paseos Alcorta, Dot Baires, Paseos Pato Bullrich al próximamente inaugurado
Paseo Aldrey, entre tantas otras cosas. La empresa
Havanna expresó su alarma por la cantidad de gente que irá a
Buenos Aires a traer alfajores de la marca, y el
Emisario Submarino desembocaría en el
Riachuelo, o tal vez en
Puerto Madero. Es de esperar que unos buenos vientos del Norte vuelvan a colocar a la ciudad en su posición tradicional. De todos modos, los analistas coinciden en que, en noches estrelladas y desde lugares sin mayor luminosidad, como el miccrocentro, podrá verse el
Obelisco desde
Mar del Plata. Un atractivo más que seguramente no va a traer más turistas porteños a ver lo que ven a diario.