Orgullo: estiman que la investigación por lavado de dinero a La Moneta en los Estados Unidos pone al curro marplatense en los primeros niveles del mundo

No son sólo nuestras playas, nuestro pescado, nuestros paisajes, nuestro curro inmobiliario y los videos con peticiones de coimas lo que distinguen a nuestra ciudad en el mundo. La estafa, la bicicleta, el manejo de dinero sucio ha sido una actividad desplegada durante años y que ha logrado cagar el futuro de muchos conciudadanos. Sin embargo, siempre pensamos que esta ardua faena estaba restringida exclusivamente al ámbito local. Pero el incansable ímpetu de algunos pujantes y decididos dirigentes de empresa han desplegado esta actividad en los más exigentes ámbitos internacionales, sin sentirse menos que los mas grandes estafadores del planeta y hoy, por fin, logra su coronación. Señores, somos campeones del mundo: la estafa marplatense estaría al tope de los podios mundiales, superando a la de las más refinadas mafias. El instrumento decisivo fueron unos 20 mil cheques que la casa de cambios La Moneta, nuestro orgulloso valuarte, logró blanquear  por unos 24 millones de dólares a través del Banco Nación de New York, según investiga el Wall Street Journal y sólo involucrando la reputación de nuestra casa bancaria en el país del Norte. La natural humildad de quienes alcanzaron este logro nos impidió tener contacto con ellos, pero se trataría de un caso en el que el alumno supera al maestro, ya que el titular de La Moneta supo ser la mano derecha de Aldrey Iglesias. Con una escuela así, era lógico que se encararía este proyecto para llegar a los máximos niveles mundiales de curro monetario, y brillantemente, la empresa guarda una cercana amistad con Daniel Scioli, que siempre los habría alentado en el proyecto, y con el intendente de Tandil, Miguel Lunghi. Desde hoy será un recuerdo pícaro, una travesura al lado de esta verdadera consagración histórica, la forma en que allí, en una brillante jugada, colocaron al gerente de la sucursal serrana y a la vez sobrino del intendente, Sergio Lunghi, al frente de una banca en el concejo deliberante, o como aquella que, según se indica, habrían lavado el dinero que Sergio Schoklender se llevaba de las Madres de Plaza de Mayo, o que en sus oficinas se pagaban a nombre de una empresa de fantasía, los sueldos de algunas pesqueras, una de las cuales tiene un presidente que cumple también funciones en un club de fútbol, o que poseen innumerables cuentas en paraísos fiscales o que triangulan fondos diariamente con bancos suizos. Ni hablar de ganancias que, una vez lavaditas, terminaron en obras como edificios para el garca local. Anécdotas de empresarios que fueron por más para que el mundo hable de nuestra ciudad. Cuántos edificios, cuántas voluntades de concejales, cuántos jugadores de fútbol, cuánto sueldo de periodista, cuánto soborno, cuántos complejos deportivos en nuestra ciudad habrán salido de las cajas registradoras de estos brillantes empresarios.Como Mastromarino, como Peñarol, como el Trimarchi, como Guillermo Vilas,  Jorge Lanata y Nacha Guevara, Mar del Plata suma un nuevo orgullo en una disciplina naturalmente difícil y propensa a hundir a sus protagonistas en un río con un bloque de cemento en los pies. Hoy el mundo habla de los estafadores marplatenses. Una verdadera alegría que debería emocionarnos a todos los marplatenses bien nacidos.