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El Corunio

Mar del Plata,
La ciudad, hoy:

viernes, 25 de abril de 2014

El preso experto en la terapia alternativa conocida como "limpieza de cólon" ya atiende a Juan Carlos Belmonte en la unidad penal de Batán

Reconstrucción: aún en las mas duras circunstancias, el
mensaje de amor hacia los seres humanos puede
trascender todas las barreras. Sin medios, sin instrumental,
así sería la efusión de esta liberadora terapia
Tras los muros que algunos pretenden vaciar transcurren sordas historias de amor al prójimo que no deben pasar por alto. Juan Carlos Belmonte, sindicado como jefe de la organización que, mediante pagos de coimas, otorgaba licencias de conducir en el Distrito Descentralizado El Gaucho, pasa sus días tras las rejas de Batán, esperando que su abogada le consiga la libertad que le permita esperar su juicio en ámbitos menos inhóspitos. Sin embargo, la catarsis, la comprensión de que había caminos que no debían tomarse, llevó al hoy exfuncionario a buscar la luz. Y allí, entre esos oscuros y laberínticos pasillos está esa luz. Todos recordamos a Ángel "El Poto" Ferrante, aquel regordete casi adolescente que una madrugada de 1988, cegado por los celos que sentía por su pareja, el entonces ascendente y mediático coiffeur Christian Ríos Saralegui, lo asesinó de varias puñaladas. "Potito" huyó durante varios días en los que mantuvo en vilo a la ciudad hasta que, cercado por la Bonaerense, se entregó en un restaurant de Coronel Pirán, junto a la ruta 2. Fue condenado a perpetua, y recién en 2021 podrá pedir su libertad condicional. Sin embargo, Ferrante es un ejemplo de que la cárcel puede recuperar a los que cometieron un error. En Batán, aquel obeso joven modeló su cuerpo hasta asemejarlo al de un musculoso luchador de catch, y retomó la profesión de terapista alternativo que practicaba con las clientas de su pareja. Sin embargo, cuando pretendió implantar la terapia preferida por las estrellas, conocida como limpieza de cólon, las autoridades no le permitieron ingresar, por razones de seguridad, el instrumental necesario. Es así como Ángel "El Poto" Ferrante desarrolló una técnica inédita en el mundo que le permite llevar a cabo esa terapia sin las imprescindibles mangueras, bombines, recirculadores ni émbolos, sino de una forma totalmente artesanal, sin herramienta alguna. Ferrante se transformó en una referencia mundial en esta terapia y suele ser autorizado para viajar a dar charlas u ofrecer sus servicios en otras cárceles. Con los años, capacitó a miles de presos en esta técnica, que ofrece una sensación de liberación única, y cada vez mas internos practican esta sanación entre aquellos que vienen de afuera y aún albergan el odio y la violencia en su interior.
Belmonte se prestó con gran disposición a su terapia y ya está siendo atendido por Ferrante, que confía en lograr de a poco que el exfuncionario alcance la paz. "Ya no se dice tan inocente ni buchonea a otros funcionarios. Calculo que en dos o tres meses, lograré ablandarlo", nos dice El Poto en un manuscrito que nos arrojó atado a una piedra "de lo contrario, tendré que pedir a mis muchachos, altamente capacitados, que me ayuden un poco. Uno ya no es el de antes", agregó con su habitual modestia.
El amor por la humanidad de alguien que alguna vez se equivocó, y devuelve día a día amor a la sociedad que alguna vez lo vio como un enemigo. Poto Ferrante, un corazón infinito.
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