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¡Ay,
Vilma! ¿Y en los casos en que una palabra no suena del todo bien y entonces no se entiende adecuadamente su significado qué se hace? Los amigos de
0223.com.ar publican que
Vilma Baragiola dijo en su mensaje en la apertura del período ordinario del
Honorable Concejo Deliberante que debíamos
"dejar de lado las patéticas miserabilidades". Palabra rara,
"miserabilidad". Sin embargo: ¿Cómo uno va a dudar de la instrucción de la máxima autoridad de un Concejo Deliberante? Mucho menos en un discurso tan formal y presa de la concordia alfonsinista y de su verba, recordada en estas fechas. Sin embargo, hay una forma de corroborarlo, de cotejar nuestra ignorancia con la de una líder política de tan alto nivel y probar nuestra pequeñez: el
Diccionario de la Real Academia Española, que tiene una muy útil versión on line. Allí fuimos, y pusimos en su buscador:
"Miserabilidad" y ¡sorpresa! aparece el texto:
"La palabra miserabilidad no está registrada en el Diccionario", es decir:
no existe. ¿Qué habrá querido decir
Vilma? ¿Que vive en una miseria patética que está dispuesta a resolver? ¿Que hay quienes ostentan miserabilidades dignas? ¿Estaremos ante el surgimiento de una figura política local a la altura de
Herminio Iglesias? Vaya a saber. Lo cierto es que nadie puede no creer que, por el bien de los marplatenses,
Vilma está dispuesta a trabajar las 24 horas del día, y de la noche también.
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