Mientras cientos de taxistas que creen que con él estábamos mejor preparaban caravanas para despedir sus restos, el cuerpo del dictador
Videla arribaba a la
Morgue Judicial a la espera de la realización de la correspondiente autopsia. Al respecto, el cuerpo forense adelantó que, ante la casi seguridad de que el dictador
"haya cagado por viejo, nomás", y que de todas maneras,
"muchos años no le quedaban", los argentinos no deberíamos privarnos del placer de realizarle una verdadera
autopsia popular al fallecido sorete. En tal sentido, citaron a conocidas figuras del cuchillo, como el
Loco de la motosierra, a
Fabián Tablado, aquel que matara de
113 puñaladas a su novia, a las
hermanas Vázquez, que asesinaran a su padre en un ritual satánico y hasta al
odontólogo Barreda, a fin de realizar la intervención. Sin embargo, con el cuerpo del dictador aún sentado en el inodoro en el que halló la muerte, diversas propuestas se conocieron para llevar a cabo la citada autopsia: el orfebre
Juan Carlos Pallarols llamó a recorrer el país con el cuerpo de
Videla, y que miles de argentinos concurran armados de sendos cuchillos para darle una puñalada que haga evidente lo que sentimos por él.
"-Será un verdadero trabajo colectivo. Algo que muestre al mundo lo que el trabajo argentino puede hacer-", sostuvo.
Videla será inhumado en un ataúd recubierto internamente en metales aislantes, amigables con la naturaleza, para que éste provoque el menor daño ambiental posible.
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