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Francisko no deja de sorprender |
Tras cierto desconcierto inicial, el gobierno nacional no cesa de alegrarse por la entronización de
Francisco, el Papa argentino, peronista, latinoamericano, nacional y popular que acaso, en una alusión metafórica al continente de donde proviene, sea el mentado
Papa Negro de la profecía. Sin embargo, no han sido pocas las voces que desde el
Frente para la Victoria se han alzado para demostrar que el cura
Bergoglio fue un colaboracionista de la dictadura, contra otras opiniones que desde el mismo espacio sostienen que hay que tratar de tener al
Papa como aliado ante esta nueva geografía que se abre a partir de su elección y la suposición de la oposición acerca de que cualquier boludez que diga el nuevo pontífice respecto a cualquier tema, encerrará una advertencia o crítica al gobierno nacional. En política, sabemos, el diálogo genera las realidades a tener en cuenta. De modo que desde el gobierno se ha cambiado la táctica inicial consistente en denunciar las actitudes de
Bergoglio durante los años de plomo para pasar a relativizar estas acciones y concluir que en efecto, el hoy
Papa Francisco colaboró con la dictadura, pero poquito.
"-No habría mirado para el otro lado 30 mil veces, sino apenas ochocientas-", nos comentó un encumbrado funcionario nacional, mientras que habría ayudado a muchos de sus pares a sobrellevar los malos momentos de esos años duros.
"-Igual que hace ahora, los llamaba por teléfono para averiguar como estaban, y se hacía mucha malasangre. Una actitud notable para un sacerdote de su categoría -" "-Es cierto que se cagó en algunos curas-", nos confió otro funcionario kirchnerista,
"-Pero el tipo llegó a Papa. Tal vez tenía algún dato, alguna información, la posta de que igual se iban a salvar, qué se yo...-". Sin embargo, si bien el gobernador de
Córdoba, José Manuel De la Sota, asegura que
Bergoglio le salvó la vida cuando estuvo
desaparecido, es evidente que el prelado no pudo lograr que éste sufriera de un incontenible
síndrome de Estocolmo.
Excelente! No había notado, hasta ahora, el estrabismo de su Santidad, lo que probaría que no sólo es peronista, sinó solidariamente kirchnerista.
ResponderBorrarTal vez no haya mirado 800 veces para otro lado. Es posible que ese ojo le haya jugado una mala pasada...