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Los hornos, vacíos. Y la incertidumbre de un prisionero |
La empresa
Erich Priebke Exterminating Co., licenciataria del campo de exterminio de judíos, gitanos, homosexuales y habitantes originarios de
Bariloche, intimó hoy al municipio local a
"Reponer urgentemente" el
servicio de gas natural, suspendido en toda la ciudad desde que una retroexcavadora que hacía tareas de mantenimiento rompiera un caño el martes pasado. La compañía anunció que, de continuar esta situación,
"no se puede asegurar la continuidad laboral" de los empleados, y que
"es cuestión de horas" para que comiencen a llegar los telegramas de despidos. El
Campo de Exterminio Erich Priebke, ubicado a unos 3 km del casco urbano, permanecía hoy con sus hornos vacíos y apagados, mientras que algunos de los tantos prisioneros aprovechaban para huir y otros optaban por quedarse
"hasta ver cómo evolucionaba la situación". En la oficina principal nos recibió el Gerente,
Ingöl Helmut quien, junto a algunos miembros del directorio permanecían reunidos a la espera de novedades de parte de la empresa
Camuzzi, responsable de la prestación:
"-Nosotros tenemos un ritmo de producción que nos caracteriza por la eficiencia, limpieza y respeto al medio ambiente. Si esta situación continúa, no podremos cumplir con nuestra función y pagar a nuestro calificado personal, que deberá ser despedido. Al mismo tiempo, se nos están acumulando los prisioneros, que también esperan nuestra atención, y los estamos defraudando y sometiendo a un stress que no merecen-" El intendente de
Bariloche,
Omar Goye redobló los pedidos de paciencia a la empresa
Priebke, al tiempo que remarcó las penurias que la ciudad viene atravesando:
"-Primero fueron las cenizas del Puyehue hace un año, que obligó a suspender la persecución de judíos y pueblos originarios (N.de la R.: ver
El Corunio:
http://elcorunio.blogspot.com.ar/2011/10/bariloche-por-las-cenizas-suspenden-la.html),
ahora esto. En Bariloche no nos podemos reponer a tanta mala suerte...-" Goye admitió que se encuentra intentando lograr una línea de
créditos blandos del
Estado Nacional para solventar la actividad del campo de exterminio, o al menos un subsidio que permita pagar los sueldos a los empleados, pero que las gestiones aún se encuentran
"en pañales". Una cadena de infortunios de la ciudad de los egresados, que todos esperamos finalice pronto.
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