Tanto pilotos como realizadores del
Dakar que se larga mañana, 1º de enero desde nuestra ciudad, remarcaron la importancia de la competencia y que el objetivo debe ser
"llegar a Lima atropellando a la menor cantidad de gente en el camino". Al respecto, su realizador, el francés
Etienne Lavigne remarcó las ventajas de realizar este tipo de raíd en
América Latina, tras ser expulsados de
Europa:
"-Cuando el recorrido se hacía hasta la capital de Senegal, los amenazados eran los pilotos, frecuentemente rodeados de crueles bereberes, asaltados y sodomizados por toda una tribu en medio del desierto. Sin embargo, ahora la dificultad es para los curiosos que se meten en el medio del camino o de los pobladores cuyas aldeas atravesamos con estos autos de tan alta tecnología y podemos atropellarlos y matarlos. También ¿quién los manda a vivir en lugares aptos para competencias todoterreno?-", pero negó consecuencias ambientales.
-"¡Todo lo hacemos contaminando menos que el glifosato o la minería a cielo abierto!-", agregó. Al tiempo que resaltó las ventajas de que los autos recorran tantas ignotas ciudades que, de ahora en más, se harán conocidas, y sus hoteles, que jamás recibieron un turista, criticados mundialmente por sus incomodidades y cucarachas.
"-Mañana todo el mundo sabrá y recordará el nombre de esta ciudad desde donde se larga el Dakar: Marde...Mor...Mer, bueno, eso lo sabremos mañana-". Varios pilotos argentinos, participantes de categorías locales donde suelen
irse a la tierra, se sumaron a esta competencia, en busca de alguna repercusión que la prensa internacional persiste en ignorar cuando están al mando de sus modernos
Falcon, Chevys, Torinos o Dodge.
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