Líderes de todo el mundo festejaron la muerte de
Gaddaffi descorchando champagne y la consideraron
"una gran noticia" para la democracia libia, a tal punto que estiman que debería incluirse la necesidad de matar a los dictadores en una futura constitución del país norafricano, la cual se encontraría ya en estado de elaboración.
"-La nueva constitución de Libia está casi lista -anunció
Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos -pero sus valientes y democráticos redactores deberían incluir esta figura de matar a los dictadores que intenten violentarla-", y consideró inminente su aprobación y pronta vigencia:
"-Ni bien la traduzcamos del inglés al árabe, la vamos a hacer regir-" Por su parte,
Nicolás Sarkozy celebró la noticia:
"-Estaba en la maternidad acunando a mi hija recién nacida, hermosa y regordeta, mientras veía en la televisión las imágenes del cadáver de Kadafy pisoteado y ensangrentado, le mostré a mi bebé, y le dije: '¿ves, amorcito?, a partir de ahora hay un hijo de puta menos en el mundo'-". Todos coincidieron en remarcar que la crisis del país del
Magreb debería dar lugar a una democracia limpia y duradera que, bajo la vigencia de las instituciones de la ley y el estado de derecho
"aplasten, sofoquen y sojuzguen todo intento de los ciudadanos de obtener la libertad u otros caprichos que se oponen al necesario progreso de las naciones". Asimismo, la
Liga de la Justicia anunció que vería con mucho agrado el recibir noticias del mismo tenor de parte de los
"díscolos países sudamericanos, cuyos embelecos caudillistas y alejados del estricto cumplimiento de las leyes los ha llevado a esta situación de crecimiento y bonanza incomprensibles en el marco de la actual crisis mundial y que en nada colaboran en su resolución".
Fuentes libias aún no han podido confirmar si, en cumplimiento de antiguos rituales árabes,
el cadáver de Kadhafi ya ha sido arrojado al mar desde un helicóptero norteamericano.
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