Preocupa la proliferación de rombos en el F.A.P.

Llamó la atención a los analistas políticos de la ciudad y a algunos del orden nacional que este fin de semana cubrían la visita de Margarita Stolbizer a Mar del Plata, la abundancia de rombos en los atuendos de los dirigentes del Frente Amplio Progresista local. Rápidamente comenzaron las especulaciones acerca de a qué se debería semejante circunstancia indumentaria. Tal vez sólo se trata de una críptica identificación partidaria que les ahorraría la impresión de algún tipo de material, pero no faltaron los que aventuraron que se trataba del emblema de una línea interna aún no presentada, un velado guiño a la automotriz Renault, la aceptación de que en la política hay que seguir líneas diagonales y no frontales, una abstracta representación del mapa de La Plata, donde gobernaría Stolbizer si llegara a la gobernación, el reconocimiento de un zigzagueo ideológico, la revelación de que para las próximas elecciones el plan del F.A.P sería entrar en el sorteo o en la licitación, o porque había una oferta en Famularo. Hubo quienes fueron más allá y especularon que se trataba de la representación resultante de unir ambos pulgares y ambos dedos índices de sendas manos, en una demostración de confianza, que significaría advertir a los demás partidos de que "así" les van a dejar el ojete en las próximas elecciones. Lo concreto es que ningún dirigente del Frente atinó a dar una explicación convincente a esta situación. ¿Logia secreta? ¿alianza espiritual con el mas allá? ¿cábala? No son pocos los periodistas que marcharon de la reunión bautizando a estos dirigentes como "Los Rombos".